miércoles, 13 de marzo de 2013

Graduación

Lloré como una magdalena el día que nos graduamos de cuarto medio.
No sólo porque significaba dejar la ciudad que me acogió desde que tenía un año de edad, si no porque significaba que Baz y yo estaríamos en ciudades separadas.

Yo fui la primera de la generación en graduarme (la primera en la lista), y además fui una de las que leyó el discurso de despedida.

Y lo único que sentía era pena.
El día anterior a la graduación me lo lloré todo y no lograba quedarme dormida.
Nunca he estado segura si fue porque no quería graduarme, o me asustaba la perspectiva de estar lejos de Baz. O quizás eran las dos cosas.
Tal vez si Baz hubiese decidido irse a la misma ciudad que yo, no habría llorado tanto. No quiero echarle la culpa de mi pena, pero debo decir que sí contribuyó bastante.

Y bueno... irónicamente ahora sí vivimos en la misma ciudad...



GENERACIÓN 2004

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