miércoles, 4 de mayo de 2016

Rompiendo el Molde

Cuando llevas toda una vida prefiriendo el congrio al salmón (por dar un ejemplo cualquiera), es fácil que se te olvide que el salmón también tiene su gracia.
Que a veces te sale más que sólo rico, sin espinas y te puede hacer tanto o más feliz que el congrio.

La cosa es que yo ya llevo demasiado tiempo comiendo congrio, y medio como que tengo la tincada de que mi futuro está en un salmón.

Para que me entiendan: tal vez mi futuro no está con un ingeniero; y no tengo ni idea porque nunca he salido de ese molde.
Básicamente, tal vez mi vida es al lado de un salmón, y voy a desperdiciarla siendo infeliz con un congrio. 

Sé que dije que los ingenieros son mi colchón; ese lugar cómodo al que vas cuando sabes que algo va a funcionar, aunque no sea lo mejor de la vida.
Y creo que me aburrí y es hora de tirar el colchón para cualquier otra parte; regalárselo a alguien que lo necesite.

Adiós congrios, voy a ver qué pasa en el estanque de los salmones.¿Quién sabe?