martes, 27 de mayo de 2014

Todos los hombres son...

Una cosa es no poder confiar fácilmente en los hombres, pero otra muy distinta es decir que todos son iguales.

Obviamente, cuando uno es más joven, la explicación de que todos/as son iguales es súper cómoda, y parece darle sentido al problema que se tenga.
Pero (siempre hay uno) a medida que uno crece, y conoce más gente, y ve más relaciones y le rompen el corazón más de una vez; la explicación se queda corta.

Obviamente creo que todos podemos estar de acuerdo en que muchos hombres piensan igual sobre muchos temas, y reaccionan de la misma forma frente a varias situaciones.
Pero eso no los hace necesariamente iguales.
Además de que si efectivamente fueran TODOS iguales, significaría que:
1. Quien empezó con la frasecita tiene que haber estado con TODOS los hombres.
2. Estaríamos siempre con el mismo cristiano, porque si son todos iguales ¿qué diferencia hace?


La verdad es que si pienso en Baz, debo decir que nunca he conocido un hombre como él.
No tiene que ser forzosamente algo malo o bueno.
Sólo viene a aclarar que la única forma de terminar la frase de manera correcta, es:


TODOS LOS HOMBRES SON... HOMBRES

Y ya.
Y sí, probablemente la gran mayoría nos dice que "nos avisa" si quiere vernos, por si le sale un mejor panorama.
Y el football siempre va a ser más importante que muchas otras cosas.
Y el 90% de las veces responden mensajes de textos o de whatsapp con monosílabos; porque así es como funciona el cerebro masculino.

Pero que quede claro que eso no los hace iguales: los hace hombres.
Y ya.

[Agradecimientos y dedicación a A. R. que me hizo pensar en el tema]

jueves, 22 de mayo de 2014

Que vuelvan los lentos

Una vez en clases, recuerdo a un muy sabio profesor (que fue mi PRIMER profesor universitario y el ÚLTIMO también, pasando por dos carreras) que comentó esto.
Dijo: "¿que vuelvan los lentos? pero ¿a quién se le ocurre semejante barbaridad?"

Y al principio no lo pensé mucho.
Pero es cierto: ¿cómo se les ocurre?
Déjenme describirles una escena: 1998, "pequeña" Liberty de 11 años se ha pegado el estirón de manera súbita e inexplicable y es más alta que TODOS sus compañeros.
La invitan a una de las primeras fiestas niños/niñas de su vida, y emocionada va.
Todo va perfecto hasta que empiezan los lentos.
Los lentos eran lo mejor de las fiestas, porque si te sacaban para bailar tocándote (aunque fuese apenas, y fueran los hombros o la cintura) entonces le gustabas a alguien.

El problema era que nadie (NADIE) quería bailar con una mujer más alta.
NADIE.
De modo que la pobre Liberty se veía obligada a sentarse en el sillón de los losers con quienes nadie quería bailar.

Quizás suena como algo sin importancia, pero es algo que por desgracia marca la vida para siempre (oh sí, así de dramático)
El único que se apiadó de mi desgracia, fue mi maravilloso amigo Lalo, que me sacó a bailar, y se subió a los primeros peldaños de una escalera para quedar más alto que yo.
Y creo que es la ÚNICA vez que he bailado un lento.
Y por eso los odio.
Y odiaba mi altura, pero esa es historia para otra entrada.

Aunque voy a confesar lo siguiente: siempre me quedé con las ganas de bailar un lento de verdad.
Con un hombre que me guste, y una canción para recordar.
Todavía estoy esperando que eso pase.

Actualización: decidí que quiero que mi primer lento, sea con esta canción:

sábado, 17 de mayo de 2014

Reuni2

Creo que pasa MUY poco: dos personas se conocen cuando son muy jóvenes, se hacen amigos, crecen como amigos, cada uno hace su vida aparte; pero en algún momento se reencuentran y se ven con otros ojos.
Yo sólo sé de una historia así.

Mucha gente pasa toda su vida manteniendo sólo una sana amistad.
Como Lalo y yo.
Mucha gente nos pregunta por qué, cómo es posible que nunca jamás hayamos poloelado / andado / salido etc.
PORQUE NO, gente.
Hay personas que sólo nacieron para ser amigos.
Como Lalo y yo.

Y hay otras personas que tienen una relación cuando son muy jóvenes (quizás demasiado como para que tomarse demasiado en serio), terminan, nunca más se vuelven a ver (probablemente son amigos en Facebook pero eso sería todo) y creen que ese fue el final.
Pero no lo es, y un día se encuentran, toman un café juntos y la chispa se prende.
O tal vez no, pero es una posibilidad.

No voy a mentir: cuando me junté con Baz, pensé en esa posibilidad.
¿Y si ahora las cosas pudieran funcionar?

Pero claro, después de 5 minutos te das cuenta de que NO.
Simplemente NO.
Creo que no llegué al punto de preguntarme "¿qué estaba pensando?" (como me ha pasado ya con D1 y D3), pero simplemente NO.

Y luego de decidir esto, los dos seguimos nuestras vidas tranquilamente.
Como exes.
:)

martes, 13 de mayo de 2014

Ok, Cupido: soltero n°1

El primer sitio que me animé a probar fue OkCupid.
Me apareció en alguna revista (probablemente Cosmopolitan, hace años - aunque no tantos como quisiera- que ya dejé de leer Seventeen), y pensé "Mmmmmm ¿qué es lo peor que podría pasar?".

Respuesta: 
Puede pasar de TODO.

Para quienes no están familiarizados con OkCupid, se trata de lo siguiente: te haces un perfil, subes las fotos que quieras, y después empiezas a responder un cuestionario gigante.
No tienes que responderlo todo de una, pero obviamente entre más preguntas contestes, más parejas te van a salir.
Se toman esos resultados y se cotejan con la gente que elijas (hombre/mujer, hetero/gay etc.), y puedes configurar la búsqueda al área que quieras.

Yo subí la misma foto que tengo de perfil en Facebook, y contesté las preguntas de la forma más honesta posible (una de las gracias es que el sitio te da un espacio para que expliques tu respuesta).
Apreté "enter" y empecé a ver qué joyitas estaban a mi disposición.

El primer afortunado al que se me ocurrió enviarle un mensaje, se veía decente en la foto,
pensábamos parecido en muchas cosas (según el cuestionario famoso), era ingeniero y pensé que no podía pasar nada malo.
Al principio nos hicimos las clásicas preguntas de qué nos gusta hacer en el tiempo libre, dónde trabajamos, qué buscamos en el sitio etc.
Y de ahí se empezó a poner medio latero insistiendo en que nos juntáramos, que me quería llevar a comer, y que tenía un traje de látex que me quedaría perfecto.

Tan bien que íbamos... BLOQUEADO.
Y este es sólo el principio de la experiencia.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Never ever ever

Creo que justo después de terminar con alguien, uno inevitablemente sostiene la ridícula (y estúpida) creencia de que quizás podrían volver y hacer que todo funcione.
Ilusa ilusión.
NO.

El problema es que por mucho que uno sepa que la cosa ya murió para siempre sin oportunidad de resucitación (ni reencarnación), esa ilusa esperanza se conserva por un tiempo.
Muy dentro de uno.
En un pequeño congelador de sentimientos que los preserva intactos, hasta que decidimos sacarlos para que deshagan (del polvo al polvo y esas cosas, supongo)

Este período de sentimientos congelados puede variar; aunque normalmente tiene que ver con el tiempo que estuvieron juntos, la intensidad de la relación y (a veces) si es que ya se tenía un reemplazo listo afuera del ring.
Cada relación es diferente; no juzgo.

En mi caso, esos sentimientos se mantuvieron congelados y bien preservados por a lo menos 1 mes con Baz, y a lo menos 10 meses con Ingeniero Sin Nombre (ISN).
Con Baz, abrí el congelador cuando me di cuenta de que lo más probable era que ni siquiera nos viéramos en un tiempo cercano.
Con ISN, el congelador se abrió (y cerró y abrió y cerró y abrió, para finalmente explotar en mil pedazos) algo así como 1 año después de la ruptura.

Y hace un par de días, cuando me sentía muy sola (probablememte en mis días complicados) y quería desesperadamente un abrazo (o chocolate, es difícil ver la diferencia), casi consideré parchar el congelador con los antiguos sentimientos.

Pero no.
Me obligué a recordarme que el congelador ya no existía.
Así como en la Matrix: "no hay cuchara", no hay congelador, no hay sentimientos, porque nunca vamos a volver.
Nunca jamás de los jamases.
Aun cuando no me convenza de que sea una buena idea...

Y aquí la canción que ilustra la historia de mi congelador, gracias Taylor Swift :)



sábado, 3 de mayo de 2014

Unsent 3 - Primer Beso

Punta Arenas, 1999

Querido Besador,
No sé si alguna te confesé esto, pero la verdad es que ese beso que nos dimos no ha sido el mejor de mi vida.
Tampoco esperaba que fuera lo mejor del mundo, pero debo decir que me decepcionó un poco.
Me decepcionó bastante.
Claro, gran parte de esa decepción se debe a esa fantasía ridícula del primer beso alimentada por el señor Disney, pero aún así podría haber sido mejor.

Aun así, prefiero dejar en claro que lo peor de toda la experiencia, fue el hecho de que no me llamaste nunca más, nunca más quisiste verme y eso fue todo.
No voy a mentir: no fue agradable.

Pero me alegro de que un par de años después del incidente, hayamos podido parchar las diferencias.
Hoy, me alegro mucho de poder llamarte mi amigo :)


*°Liberty°*,...