lunes, 31 de agosto de 2015

Casi Tinderazo (TinderazNo #1)

Porque claro; a veces las cosas no funcionan, incluso antes de que uno pueda decidirlo.

La cosa fue así: día normal tindereando, uno para la derecha, cinco para la izquierda, dos para la derecha, muchos para la izquierda y de pronto ¡Nuevo mensaje de [llamémoslo] Rito!

Ok, me senté erguida (por algún motivo a veces siento que los pobres bichos pueden verme mientras leo sus palabras y quería darles un buen ángulo) y leí. 

"Hola".

Uy, qué original.
Relajé la posición, porque ese mensaje no valía que me dolieran la espalda y las caderas.

"Hola! qué tal tu finde? :)" (porque sí, uso muuuchos emoticones, siento que ayudan a transmitir mi personalidad)

"Bien... fome"

Debo confesar que me quedé como "eeehhmmm... ok".
No fue fácil, pero de a poco logré que me contara un poco de él.

Rito vivía en Santiago, estaba estudiando (nunca entendí muy bien por qué, pero como que estaba atrasado en la línea de tiempo de la vida por algún motivo), y tenía mucho tiempo libre.
Ok.
Nada del otro mundo. Empezamos a hablar por whatsapp, lo normal.
¿Qué cuentas? No mucho... ¿tú? tampoco... (uy, qué originales)

Hasta que un día, de la nada, me encuentro con este mensaje: "Cacha que una vez salí con una niña que me pidió que la amarrara y le hiciera cosquillas".

Admito que mi cara era un poema a esas alturas, porque:
1. No entendí a qué venía el comentario.
2. No entendí a qué venía el comentario.

"Jajajajajaj [risa nerviosa que, por whatsapp, parece una risa cualquiera] a qué viene eso?"

"No sé... comentaba una experiencia bakán que me pasó... a ti no te gustaría?"

Mmmmmmm déjenme que lo piense: ¿Quiero que un total extraño (ya, igual un extraño mino, lo voy a admitir) me amarre y me haga cosquillas? ¿posiblemente por más tiempo del necesario? ¿Sólo porque él quiere?

Complejo.
#Not.

Quiero dejar en claro que no juzgo a la gente que sólo busca sexo en Tinder, o que quiere experimentar cosas.
Mientras todo sea consensuado, why not?
Pero a mí no me llama mucho la idea, menos con alguien de quien sólo he visto fotos.

Entonces entre más risas nerviosas (que para Rito fueron risas normales gracias a la frialdad de whatsapp), le dije que en realidad, si tenía que elegir, prefería que nos tomáramos un café.
Medio como que no lo mató la idea, pero me dijo que OK.

Cuento corto: no supe de él en dos semanas.
Y cuando le hablé para recordarle que habíamos quedado de tomar un café, optó por lo sano y la honestidad (un poco brutal, diría yo):

"Mira, yo ya te dije lo que quiero. Tú dices un café? ok, pero después no te hagas la ofendida cuando intente algo, porque ya te dije. Vas a querer sí o no? y un 'no sé' no me sirve, digamos las cosas como son"

Quería responderle algo bakán, y me tomé varias horas para pensar un mensaje.
No lo logré, porque en realidad no sabía qué decirle.

"¿No podemos tomarnos un café y después ver qué pasa?"
(Wow, leyéndolo ahora, me doy vergüenza sola)

"No".

Y ese fue el fin.
¿No se los había advertido? Hay muchos bichos raros y las aguas de Tinder son a veces turbulentas (y freak).
Además ¿quién quiere hacer cosquillas, cuando hay tantas cosas mucho más interesantes que hacerle a una persona amarrada?
(Me han contado)
(Just saying)

Así que ya saben mis chamas y chamos*: ante la duda, tal vez sea mejor decir que no.

*Chicas y chicos en Venezolano.

1 comentario: