Siempre he creído que una de las cosas más crueles que se le pueden hacer a una persona, es mantenerlos al lado sabiendo que les gustamos, pero no nos gustan de vuelta.
O viceversa; sobre todo viceversa.
Yo siempre he sido honesta con ese tema.
Por ejemplo, cuando Baz se me declaró (corría el año 2002, así que la cosa era cara a cara - old school - o por MSN), yo fui honesta; y aunque es pésimo tener que decirlo, logré sacar un: "Pucha... es que a mí me gusta Despreciable n°1"
No fue agradable, y casi pude escuchar cómo el corazón se le rompía (porque a los 15 cualquier cosa nos hace sentir miserables); pero a lo menos no lo hice sufrir más de la cuenta.
Y después, en el 2006, fue mi turno de ser rechazada; por ISN.
Y, una vez más, aunque agradecí infinitamente su honestidad, mi corazoncito se trizó un poco igual.
Obvio; porque a los 19 también encontramos formas de ser miserables.
En las dos situaciones, el rechazad@ (en el primer caso Baz; en el segundo caso yo) nos alejamos.
Quizás para no sufrir demasiado.
El alejamiento no duró mucho y pronto empezamos a salir, a vernos seguidos y actuar como si nada hubiese pasado (en ambos casos)
Pero aquí algo curioso: dos años después de rechazar a Baz; nos pusimos a pololear.
Y ocho meses después de que ISN me rechazara, nos pusimos a pololear.
¿Será que el rezchazo es la primera etapa para empezar algo?
Y si es así ¿alejarse es un paso esencial del tema?
¿O es mejor mantener las cosas como estaban?
O viceversa; sobre todo viceversa.
Yo siempre he sido honesta con ese tema.
Por ejemplo, cuando Baz se me declaró (corría el año 2002, así que la cosa era cara a cara - old school - o por MSN), yo fui honesta; y aunque es pésimo tener que decirlo, logré sacar un: "Pucha... es que a mí me gusta Despreciable n°1"
No fue agradable, y casi pude escuchar cómo el corazón se le rompía (porque a los 15 cualquier cosa nos hace sentir miserables); pero a lo menos no lo hice sufrir más de la cuenta.
Y después, en el 2006, fue mi turno de ser rechazada; por ISN.
Y, una vez más, aunque agradecí infinitamente su honestidad, mi corazoncito se trizó un poco igual.
Obvio; porque a los 19 también encontramos formas de ser miserables.
En las dos situaciones, el rechazad@ (en el primer caso Baz; en el segundo caso yo) nos alejamos.
Quizás para no sufrir demasiado.
El alejamiento no duró mucho y pronto empezamos a salir, a vernos seguidos y actuar como si nada hubiese pasado (en ambos casos)
Pero aquí algo curioso: dos años después de rechazar a Baz; nos pusimos a pololear.
Y ocho meses después de que ISN me rechazara, nos pusimos a pololear.
¿Será que el rezchazo es la primera etapa para empezar algo?
Y si es así ¿alejarse es un paso esencial del tema?
¿O es mejor mantener las cosas como estaban?
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