martes, 12 de noviembre de 2019

Click Mental

¿Les ha pasado que conocen a alguien y la cosa simplemente fluye?
Y no me refiero por whatsapp, donde es fácil que todo vaya bien escondiéndonos detrás de la pantalla. 
No.
Hablo de cuando te sientas frente a alguien, literalmente podrías extender el brazo y tocarlo, pero no es necesario hacerlo.

¿Les ha pasado que pueden conversar con alguien que no conocen por horas?
Y no una o dos... onda ¿siete?

A mí sí.
Una vez.

Y lo crean o no, todo  empezó gracias a Tinder.
Ahhhhh Tinder.
Este personaje, al que llamaremos Clark (a petición suya), es ingeniero, divertido y uno de los pocos seres masculinos de los que jamás sospecharía nada raro.
Abierto de mente, relajado y absolutamente cero frágil (en términos de masculinidad), Clark y yo nos conocimos cuando yo no tenía idea de qué buscaba.
Sabía que quería conocer gente (ojalá ingenieros) y sería.

Absoluta serenditpity, lo encontré a él.

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La primera vez que nos juntamos, estuvimos conversando hasta las 3 de la mañana.
De todo.
No me acuerdo específicamente, pero fue bakan.

¿Saben cómo hay gente a la que le gusta Netflix & Chill?
Nosotros somos Starbucks & Gossip.
O Helado & Vent (quejarse... sobre todo yo XD)
Básicamente, juntarnos a conversar de la vida, la pega, el amorsh y (obvio) qué hay de nuevo en Tinder.
[Usualmente, no mucho]

La mejor frase de Click ha sido: 


"Premio Nobel de la Paz para Tinder. 
Te da lo que necesitas, ni más ni menos"

¡Así que no pierdan las esperanzas!
De pronto pueden encontrar a alguien que será un amigo, una voz masculina que las ayude a surfear las oscuras y turbias aguas de las apps de citas.

¡Y por dios que es difícil encontrar hombres que no tengan segundas intenciones!
Si lo encuentran, no lo dejen ir :)

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