jueves, 25 de junio de 2015

Ahora&Siempre

No sé ustedes, pero cuando a mí me gusta alguien y la cosa nunca avanza, eventualmente decido sacarlos de mi vida y olvidarme.
O escribir cosas en una botella y botarla (ustedes cachan).
O hacerles una entrada su humilde blog.

Y si por esas casualidades de la vida, después de mucho tiempo, nos volvemos a encontrar, en voz alta es como "ah sí, ¿cómo andas?" y por dentro pienso "mmmm y ¿por qué era que me gustabas?".
Hasta hace poco me habría atrevido a decir que esto pasaba el 100% de las veces.
Sin excepciones.

Pero a veces -sólo a veces- puede ser que se vuelvan a encontrar con esa persona 1, 3, 8 años después... y se sientan igual que antes.
Inexplicablemente. 

Le abren la puerta y es como "Uy...", y en su cerebro todo grita ¡¡[Alerta] [Alerta]!!

Pero ¿saben qué?
Si los sentimientos son exactamente los mismos (les gusta la persona, aunque no se ajuste en nada a su patrón normal, e incluso haya varios deal-breakers de por medio), lo más probable es que pase lo mismo que hace 1, 3 y 8 años antes.
O sea NADA.

Lo van a mirar, no van a poder dejar de mirarlo, se van a querer morir de lo mino que es el hombre (en mi caso)... y eso va a ser todo.

Y lo más probable es que en 8 años la cosa siga siendo así.
Ese que siempre te gustó, con el que nunca pasó nada

Les dejo el soundtrack de esta historia; o "esa canción que me recuerda al susodicho, y lo hizo durante todos los años que no estuvimos en contacto".

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