viernes, 11 de abril de 2014

Cómo arruinar para siempre una canción

Probablemente muchos pensarán "que la cante Justin Bieber"... y estarían en lo cierto, pero no es eso a lo que va esta entrada.

No hay nada mejor que la música.
O bueno, hay muy pocas cosas mejores que la música (y puedo decir, con cierta confianza, que esto es un axioma, ¿correcto?).
Y obviamente, cuando uno está con alguien que quiere, comparte gustos y preferencias, incluyendo el área musical.

Y eso nunca es malo, uno siempre aprende sobre el tema e incluso encuentra nuevas canciones que le gustan.

PERO (y en esto hay que tener cuidado) cuando se nos ocurre (o se les ocurre) la brillante de idea de atribuirle a una canción, el status de "nuestra" (porque los clichés no morirán jamás), automáticamente esa canción queda marcada.
Lo queramos o no; para siempre.

Básicamente, el proceso de arruinar una canción consta de 4 etapas:

1. Al principio es bakán.
Estás en cualquier lado, escuchas la canción y piensas en esa persona.
Piensas "Ohhhh, nuestra canción", y suspiras mirando casi con desdén a la gente alrededor que no tiene una canción con nadie.
Cada vez que la melodía llega a tus oídos, es como una señal reafirmando que son una buena pareja.
[Pero secretamente, esa sensación durará lo que dure la relación.
Y AHÍ está el problema]

2. Después de un par de meses (años si tienen suerte / mala suerte, dependiendo de su opinión en el tema), cuando la relación empieza a decaer, esa canción ya no prende los ánimos ni te hace sentir mejor que el resto.
Lo que más sientes es melancolía: la canción te recuerda tiempos mejores, cuando todo era maravilloso.
Quizás te hace sentir algo de esperanza, pero aún así, muy dentro de ti sabes que la canción ya ha perdido parte de su poder.

3. Una vez que la relación inevitablemente se rompe (porque yo diría en un 99,9% de los casos ocurre... cifra aproximada, claro), la canción pasa de ser un gran poder, a ser el himno de una derrota.
Cada vez que escuchas la bendita tonada, tu mente se va a esos momentos en los que eras feliz y tu corazón se estruja de sólo pensarlo.
Entonces, evitas la canción.

O sea, probablemente primero la escuchas un millón de veces cantándola a todo pulmón, llorando mientras abrazas la almohada acostado en tu cama...
Pero después de que básicamente hasta tu perro sale de la pieza cuando empiezas a cantarla, decides que ya es mucho.
Y sacas la canción de tu vida. 
Al punto que eres capaz de pararte e irte en plena clase de spinning, si empieza a sonar el recordatorio de tu pérdida.

Esta es la etapa en la que es necesario borrar de tu vida todo lo que te recuerda lo feliz que fuiste en la relación que terminó.
Y obviamente eso incluye la banda sonora que acompañó esa efímera felicidad.

4. Pasado un tiempo prudente, cuando ya eres capaz de pasar varios días sin recordar la relación ni extrañar la felicidad que compartían (o recordarlo y no echarte a llorar como una nena), las cosas que te recuerdan ese período dejan de tener un gran efecto sobre ti.

En este punto, si estás haciendo la compra del mes y escuchas la familiar tonada, no puedes evitar parar lo que estás haciendo, recordar a la persona en cuestión y sonreír un poco.
Aprendes a apreciar la canción desde otro ángulo.

Cuando llegas a este paso, aunque la canción está marcada (y muchas veces arruinada) ya ha pasado a ser parte del repertorio que por siempre te recordarán a algo.
O alguien.
O a alguien y muchos algos que ocurrieron con ese alguien.

Si eso es bueno o malo, eventualmente dependerá de la calidad que tuvo la relación.

Canciones que se han arruinado para mí:
1. "Time after time" de Cyndi Lauper.
2. "Cuando" de Ricardo Arjona (que en verdad no es buena, pero igual se arruinó aún más... de lo mala que era)
3. "Only One" de Yellowcard.
4. "Rayando el sol" de Maná.
5. "Goodbye my lover" de James Blunt.

Así que ya lo saben: ¿quieren arruinar una canción? 
Llámenla "Nuestra Canción" y voilà.

Y ustedes ¿qué canciones han arruinado ya?

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