martes, 14 de mayo de 2013

Quiebre

Creo que terminar una relación es una de las peores sensaciones del universo.
Ya sea uno quien termina o con quien se termina.

En mi caso con Baz, fui yo quien decidió que la tortura de la distancia era demasiado horrible.
Y sí, siempre voy a lamentar que haya sido por teléfono.
Pero si no qué ¿esperar meses y meses hasta poder finalmente vernos a la cara para hablar de eso?
No.

Yo pensé que nos íbamos a ver en Julio. 
Yo no quería que termináramos para siempre.
Yo no había dejado de quererlo.
Yo sólo quería estar tranquila y poder vivir sin sufrir cada minuto de cada día por tener a Baz tan lejos mío.

Me acuerdo de haber llorado sin parar, y haberme prácticamente arrastrado a la universidad al día siguiente con todos preguntándome qué me pasaba.

No me acuerdo qué dije o si dije algo.
Sólo sé que fueron unas semanas horribles hasta que finalmente llegó Julio y me fui de vuelta a mi casa.

Esperaba con tanta ansiedad que llegara Baz para poder verlo y conversar con él... quizás incluso explicarle que todavía lo quería, tal vez convencerlo de que se fuera a Santiago.

Pero Julio llegó, se fue... y Baz se quedó en Conce. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario