domingo, 29 de noviembre de 2015

#SiempreMío

Y no, no me refiero a un hombre.
O sea, técnicamente un eX siempre va a ser tuyo (tu eX).
Pero me refiero a otra cosa.

Si se acuerdan del Otro Tipo (quien, a todo esto, supongo que se lo tragó un hoyo y ya no volverá), se acordarán del impacto que tuvo en mi vida.
Que lo dejé tener en mi vida (por mi culpa, por mi culpa, por mi gran -y estúpida- culpa).

Cuando compartimos algo especial con una persona, ya sea que le regalamos nuestro libro preferido, o les mostramos la canción que más nos gusta; de alguna manera los hacemos parte de eso que compartimos.
Y puede ser bakán.
Hasta que deja de serlo.  

Y ahí es donde empiezan los problemas, más notablemente agarrarse la cabeza y gritar al cielo "¿Por queeeeeeeé?" (me ha pasado).

Y tenemos dos opciones:
1. Dejar ir eso que compartimos.
Ese libro, esa canción, esa frase, eso en lo que quisimos incluir a alguien que claramente no se lo merecía, deja de ser importante.
Porque de alguna forma, dejamos que la otra persona se lo lleve.
Y deja de ser nuestro.

O

2. Tomarlo como nuestro para siempre.
Y en mi caso personal me refiero a para siempre, así en serio forever & ever.

We're halfway there era MI frase, de MI canción preferida de Bon Jovi, Livin' on a Prayer
Hasta que decidí compartirla con el Otro Tipo (#error).
Y claro, podría haberla dejado ir, dejar de escucharla tanto, no bailarla o contarla cuando la escuchaba... nunca más pensar en esa frase los miércoles, etc.

Pero no.
Es MI frase, y ahora para siempre estará a mi costado izquierdo donde debiera existir una cintura.

Porque esto es algo que siempre, SIEMPRE será mío.
Y NUNCA fue tuyo.    
  

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