A esto hemos llegado.
El primero en disparar sale vivo.
El primero en romper el corazón del otro, se salva.
Es como El Juego del Miedo ("Saw") la cuestión.
Conoces a alguien y empiezan a salir.
A ti te gusta un montón, pero él no parece demasiado interesado.
¿Qué hacer?
¿Terminarlo todo al tiro?
¿Esperar a ver si de a poco la otra persona empieza a sentir lo mismo?
Y de ser así, ¿esperar cuánto?
Me acuerdo de hace años, una amiga (que ahora está casada), me contó que estaba saliendo con un gallo.
Y le gustaba un montón y lo pasaban súper bien.
Pero después de un mes y medio, ella decidió terminarlo todo.
Cuando le pregunté por qué, me dijo "Simple: a mí me gustaba mucho más de lo que yo le gustaba a él... quedarme en eso habría sido sufrir gratuitamente"
Esto fue por el año 2007, pero nunca más se me olvidó.
Tenía perfecto sentido.
Pero era una tarea difícil: si alguien te gusta un montón, qué difícil es terminar las cosas porque tú no les gustas tanto como quisieras.
Complicado.
Y claro, también puede ser que te pase al revés: te dejen porque a la otra persona le gustas más de lo que te gusta a ti.
¿Dónde está el balance entonces?
¿No nos queda otra que romper corazones para cuidar el nuestro?
El primero en disparar sale vivo.
El primero en romper el corazón del otro, se salva.
Es como El Juego del Miedo ("Saw") la cuestión.
Conoces a alguien y empiezan a salir.
A ti te gusta un montón, pero él no parece demasiado interesado.
¿Qué hacer?
¿Terminarlo todo al tiro?
¿Esperar a ver si de a poco la otra persona empieza a sentir lo mismo?
Y de ser así, ¿esperar cuánto?
Me acuerdo de hace años, una amiga (que ahora está casada), me contó que estaba saliendo con un gallo.
Y le gustaba un montón y lo pasaban súper bien.
Pero después de un mes y medio, ella decidió terminarlo todo.
Cuando le pregunté por qué, me dijo "Simple: a mí me gustaba mucho más de lo que yo le gustaba a él... quedarme en eso habría sido sufrir gratuitamente"
Esto fue por el año 2007, pero nunca más se me olvidó.
Tenía perfecto sentido.
Pero era una tarea difícil: si alguien te gusta un montón, qué difícil es terminar las cosas porque tú no les gustas tanto como quisieras.
Complicado.
Y claro, también puede ser que te pase al revés: te dejen porque a la otra persona le gustas más de lo que te gusta a ti.
¿Dónde está el balance entonces?
¿No nos queda otra que romper corazones para cuidar el nuestro?
No hay comentarios:
Publicar un comentario