martes, 21 de abril de 2015

Romper o que te rompan

A esto hemos llegado.
El primero en disparar sale vivo.
El primero en romper el corazón del otro, se salva.

Es como El Juego del Miedo ("Saw") la cuestión.
Conoces a alguien y empiezan a salir.
A ti te gusta un montón, pero él no parece demasiado interesado.
¿Qué hacer?
¿Terminarlo todo al tiro?
¿Esperar a ver si de a poco la otra persona empieza a sentir lo mismo?
Y de ser así, ¿esperar cuánto?

Me acuerdo de hace años, una amiga (que ahora está casada), me contó que estaba saliendo con un gallo.
Y le gustaba un montón y lo pasaban súper bien.
Pero después de un mes y medio, ella decidió terminarlo todo.
Cuando le pregunté por qué, me dijo "Simple: a mí me gustaba mucho más de lo que yo le gustaba a él... quedarme en eso habría sido sufrir gratuitamente"

Esto fue por el año 2007, pero nunca más se me olvidó.
Tenía perfecto sentido.
Pero era una tarea difícil: si alguien te gusta un montón, qué difícil es terminar las cosas porque tú no les gustas tanto como quisieras.
Complicado.

Y claro, también puede ser que te pase al revés: te dejen porque a la otra persona le gustas más de lo que te gusta a ti.
¿Dónde está el balance entonces?
¿No nos queda otra que romper corazones para cuidar el nuestro?

No hay comentarios:

Publicar un comentario